El italiano, el francés,
¡un cochero, sí señor!
que chamullaba el inglés,
el alemán y el arabó,
y hasta un poco el japonés..
Que gran labor es la que realizan los cocheros de caballos. que no solo hacen el servicio de pasear a los turistas que nos visitan, sino que con su forma de hablar “en extranjero” les van explicando a su paso las muchas cosas importantes que tiene Málaga. Pero no siempre es reconocío su bien hacer y algunas veces, bien porque el que le ha alquilao el coche lo que quiere es ver y dar un paseo placentero sintiendo el beso del sol y la caricia marinera de la brisa del “mar de en medio” con el tintineo de los cascabeles y los cascos del caballo como música de fondo.
Pero lo que le pasó a este cochero tuvo su gracia (aunque a él no le hiciera mucha). Resultó que mi amigo Pepe López que es un tío apañao, y disfrutón de la vida, tiene mucha dulzura (vende pasteles), con su mucho tiempo dedicao al trabajo pos ha conseguío hacerse una casa en la costa, junto al mar, allí en el Rincón de la Victoria pallá. Y el año pasao, pa llevarse algunos trastos con idea de pasar el verano, en la empresa pidió tres días de permiso, como pa hacer la mudanza, y como no iba a cambiar de residencia, y ya había disfrutao sus vacaciones, en la empresa le ponían impedimento. Y Pepe López, en vez de “venirse abajo”, ante los dos o tres jefes (siguiendo la escala de mandos), va y dice:
Amos a ver, que culpa tengo yo de tener, a cincuenta metros de la playa, un peazo chalet que vale más de veinte millones de pesetas.
Cuenta tú la feria bien
aunque estés en la ruina;
que árbol que fruto no tié
nadie a su tronco se arrima.
Pepe López, tiene un tío ya mayor que por eso del mal riego sanguíneo, a veces pierde la lucidez mental y habla poco o na. Pero a veces sí.
El otro día que fue Pepe a verlo. La señora de Pepe Jun, que así se llama nuestro hombre, le dijo al sobrino:
-Toma mil duros, te convidas y le das a tu tío un paseo por Málaga en un coche de caballos, que tanto le ha gustao siempre. Y en el parque se montaron. Claro, después de que, Pepe López, se hubiese “campaneao” un par de veces.
Pepe Jun, que, aunque malagueño, no lo parecía, pelo blanco y con güen color, se sentó en el pescante. con el cochero, y Pepe López, algo rubio y coloraete, atrás. Preguntó el cochero que adonde los llevaba. Sin hablar. haciendo un círculo con la mano, Pepe López dio a entender que a dar una vuelta por Málaga. El cochero inició la ruta turística y a su paso iba explicando: Por el Parque a la altura del Ayuntamiento, (“Rathaus” en alemán, el suyo. Luego el paseo de la Farola, señalando en malagueño, ¡La única del mundo con nombre de mujer!
FAROLA TAN MALAGUEÑA
En esto de cantar y contar
que es un quehacer más que excelente
he tenío el privilegio de tratar
con gente güena, güena gente
y ha sido otro honor encontrar
con este grupo excelente
tos mu güenos, a cual más.
¡Son los de Pan Con Aceite!
Ellos con música de Miguel Ángel Robles, la tienen grabada y la llevan en su repertorio como una canción más de las clásicas de siempre, muchas gracias entrañables amigos.
Con aires de malagueñas,
sigue sonando guitarra,
voy a cantarle a mi tierra
sones que salen del alma.
Como en toas partes son faros,
que en el mundo tu eres sola,
con orgullo y sin reparos
te estoy cantando Farola.
Baña a Málaga tu luz,
sirve a los barcos de guía,
bajo el cielo mas azul
te canto Farola mía.
Tus paseos luminarios,
parecen la misma gloria,
al reflejar el Santuario
de la Virgen la Victoria.
Y al despertar de la aurora,
entre aromas de azahares,
se te ve blanca Farola
coronada de alamares,
Musa de Tierras y Mares,
Farola tan malagueña
como nuestros verdiales,
con nuestra feria agosteña,
vinos, mujeres, cantares
que son nuestro santo y seña
con otros muchos avales.
Jarre caballo, al morro de Levante. A la vuelta, La plaza de toros. Ahora, en su inglés: Manolo Segura, nammer guán, en alemán “Stiar kenfa”, plaza de toro, vuelta al parque calle Larios , Larios Strí, calle granada, Molina Larios aquí la Catedral, La Manquita, en árabe, el suyo, aunque los viajeros no parecína mu moros pero, un poco por alardear de políglota, Alá Jaima, Casa de Dios; por la calle Cister, El Sagrario, Allí el señor Don José Gálvez Ginachero, eminente doctor, en bronce. “Se tre bon” (nótese el francés). Mucho güeno. Luego La Alcazaba, el Teatro Romano, Romanus Circuns, Casa de Cultura “Jaus Culturen” en alemán, en su alemán, ya que estuvo un tiempo en Alemania, lo chamullaba mejón.
Después, la Plaza de La Mercé, donde terminó el paseo, porque allí fue donde el cochero se queó sin arción, ya que Pepe Jun, que no había dicho ni palabra en tó el paseo a las explicaciones del buen cochero, como le vino la lucidez mental, si lo hizo cuando este, señalando con el látigo, lleno de más orgullo si cabía, en malagueño, rebosando satisfacción les dijo a los que creía forasteros: ¡Ahí en esa casa nació el mejón pintó de tó los tiempos el gran Pablo Picasso!.
--¡Y yo a la partallá, en el Cobertizo El Conde! – respondió Pepe Jun.
En Francia ha muerto un pintor
el mejor del mundo entero.
Era también español
como fue Julio Romero.
Pero no sigo con Pablo,
que tiene muchos cantores.
Mis versos, güenos o malos,
los dedico a esos señores.
Que son unos caballeros
y jacen de cicerones
mostrando a los forasteros
La Bella con sus rincones,
sus vinos, pescaos, sus flores,
y ese encanto malagueño
que nos hace acreedores
de Málaga , Jardín de ensueño.
