AL DIOS BACO VÍA PEDÍ


Pasando de Moclinejo pallá, casi en tó lo alto el viso del Monte Faco, que de este empieza el término de Almachar, un poco más abajo, por este láo, en una regüerta, al caer la tarde, Juanillo Muela, tenía siete chiquillos y vivían mu malamente, sin ropas, camas ni mantas y que lo único que tenían era más jambre que una zorra en el mes de Enero... Pues entre dos luces, Juanillo, le salió por detrás al Bizco Arboge (de El Borge, que es un bonito pueblo de La Axarquía,
que está por la carreterita que sale desde el Rincón y va a Vélez pasando por Benagalbón, Moclinejo, Almachar, El Borge, Cútar, Benamargosa, Triana y El Trapiche). –Como decíamos, Juanillo le salió al Bizco diciéndole: --“¡La borsa o la vía, soy Er Bizco Arboge!”.
El Bizco se gorvió preguntando: --“¿Quiénes aquí er Bizco?, ¿tú o yo?”


Después El Bizco decía:
“que el Muela se jizo de tó.
Su estampa la maldecía
llorando se arroílló.
¡Que mala suerte la mía!
Señón Bizco, ¡compasión!”

Cuentan:
Que el Bizco, hasta Moclinejo,
al Muela lo acompañó
y al alcalde dio un consejo
que a la güerta comprobó:
Ya no dormían en el suelo
y estaban calientes tós
con mantas y con alimentos..

Pos dejando al Muela y al Bizco, sigo contando...
Orientao casi al sol naciente, tiene poco más de una fanega tierra mu güena, con siete mil nuevos de moscateles, un primo segundo mío.

Estuve allí porque combinó, el primer año que echó uvas. Güenísimas.

Como el tiene una bodeguita, me comentó mi primo: --A partir del año que viene, toas pá vino. Aquí te espero.

El vino de Moclinejo, tanto como sus pasas y bellotas, así como los de toa la Axarquía, tienen un sabor exquisito.

Yo, que suelo andar por tos sitios, pero como por parte de mis padres eran..

De Moclinejo y Totalán,
los Beltrán y los Carneros
y en Benamocarra están,
descansando mis viasgüelos
agüelos de mi momá,
los Lucenas y los Sarmientos.

Pos toa la Axarquía me tira mucho.

Un día, por arreoes de Pascua, cuando ya el vinillo, las pasas y las bellotas estarían más que güenas,(también porque combinó), me dejé caé por Moclinejo. Me queé un poco asín cuando mi primo me dijo que no tenía vino porque había vendío las uvas pa mesa en el mes de agosto.

Como me pilló bien, al momento, emulando a Pepe Palanca, le improvisé este fandango y a su estilo lo canté; (claro, Palanca lo cantaba una mijilla mejor que yo):

Al dios Baco viá peí
que te excomulgue, Manué;
que en vez de jacerlas vino
las ja vendío pa mantel
¡Mira que eres mangurrino!

EL DINERO PAL CASORIO


ER DINERO PAL-CASORIO


Joseíllo el Espaviláo
que no le temía a ná
el era un adelantáo
pa su tiempo, ya verás.

Tenía una casa blanca, solariega
poncima del Cantozá,
el rueo, el pozo, la parra,
el gallinero, el pajá,
un corralillo pa cabra
y en propiedad compartía,
de la fuente nueva, el agua
y en su casa, la alegría,
tres chiquillos viva estampa
de él y de su María
¡güena jembra, y mejón ama .

La vida había empezáo ante una noviería larga, (entonces los noviazgo de los pobres eran largos, eso si el no se la echaba al hombro y se la llevaba) . Dispuso de echar los papeles pa “El Empréstamo”; era aquel dinero que daba el Estáo a los que se casaban que eran diez mil reales, dos mil quinientas pesetas, quince euros de los de ahora

( Pa la cama y el ropero,
una mesa y cuatro silla
y dos cántaros lecheros,
era toa la ajuailla)

De los que para poderlos conseguí, al “listo de turno” había que darle lo menos quinientas pesetas, porque sino te costaba más el collar que el perro, de los viajes que tenías que hacer a Málaga, casi siempre andando perdiendo días de trabajo.
Pues, “El Espabiláo”, dispuso de el arreglar los papeles y así se ajorraba “La Mordida” de los cien duros

Cantando: por bulería:
A una legua Del Puerto
lo bañará el sol,
el ranchito que tenga
será un primó,
para darme compaña
estará mi romera,
la madre de mis niños
mi compañera,

tendré allí mi escopeta
y un “güen reclamo”,
y en toa la comarca
“yo seré el amo,

Pa corré las liebres
tendré un caballo,
que irá cortando el viento
iguá que un rayo,
cantarán las perdices
y yo to er día,
será aquello el palacio
. de la alegría.

Pues llega Joseíllo a calle Córdoba, a la Caja Nacional, que era donde se arreglaban los papeles, se acerca a la ventanilla correspondiente, le explica al funcionario (que según “El Espabilao”, tenía aires de superioridad) de lo que se trataba y el güen señón empezó a tomarle la filiación con no mu güen talante ¿cómo te llamas-...José Jiménez González,
¿En que trabaja?...en el campo, otra pregunta más (esta vez sin mirarlo siquiera) ¿Qué nacionalidad?...Joseíllo comentó: ¡a lo mejón soy “Checoslovaco”! y sigió diciendo:

¡Tendrá mandanga este tío!
¿de aónde querrá que sea?
¡con estos dos apellío!,
José se llama mi padre,
Dolores la madre mía,
nacío y criao entre almendrales
del término de Almogía,
y canto por verdiales,
soy de Málaga la Bella
de la Andalucía de España,
y a mi gente y a mi tierra
los llevo dentro del alma,
asín que termina ya,
güen talante y sin jolgorio
que me den sin demorá
er dinero pal casorio
¡que estoy que no aguanto más!


Más después, trabajando casi de sol a sol, llevando ya cincuenta días de casáo con su Maricarmen .

Una mujén de bandera,
una mujén de tronío,
de las que quitan las penas
y te roban er sentío.

Pues estaba que no podía, no podía ni con su alma y dispuso de ir al meíco, un médico de los de ante, qué al verlo entrar le preguntó, ¿a tí que te pasa?-...naaa... dortor que llevo casi tres meses cazáo, trabajo mucho, mis patas son dos torcías y yo no pueo ni con las escrituras “Er Barranco er Zo” (Sol), El médico: este joven es también médico acaba de terminar la carrera, es mi ayudante y te va a recetar, aquel joven no era ni médico ni na, era un aficionáo a la poesía, a los versos y le puso en la receta:

Tírale al jamón curáo,
a las uvas moscateles
deja el gazapo amagáo
y cuando vengas a verme
vendrás gordo y coloráo.