MEDICO DE CABECERA



A mi hermano flamenco, Currito
el de Las Salinas, pionero y maestro
de estas convivencias flamencas.



A primeros de San Juan,

en una fiesta matanza en Álora,

que tres amigos nos dan.

Son Juan Cano y Jesú

y el llamao Sebastián

¡que tres flamencos, ojú¡



Y el zamorano aloreño,

pues de Zamora llegó,

a este pueblo tan flamenco Malagueño

que también lo recibió,

que su cariño le dieron

y en justa compensación,

se dijo, yo aquí me quedo,

y en la Perocia se queó.

de su cultura bebiendo

De la del pueblo hablo yo

que de la otra el venía puesto,

es en medicina Doctor.

Y ya un Perote puntero

y esta anécdota me contó

que paso a contarte en versos,

si me salen, es mi intención.

.

En Álora ejerciendo está

médico de cabecera,

y le fueron a contá

y de enfermeá no era.



Fue Rosarillo Quiñones

a Don Jesús convencé

y exponerle las razones

del por cuanto y el porqué.


Dijustá, casi llorando,

al galeno sugirió

esto que me está pasando

no lo soporto que no,

que mi marío a mi hermano

ya no le dice ni adios



Hable osté con mi marío

yo se lo ruego por Dios,

que no sea esaborío,

tiene que darle el perdón

porque pa tanto no ha cío.

Yo sé que mi Joseíco es un guarrindongón

pero el tiempo transcurrío

deje que el jecho ocurrió

el pecao ya lo ha redimío.

¿ Y que culpa tengo yo?

de que a este hermanito mío

le falte la educación

y en mi casa, delante de mi Juan Río,

un cuezco fue y se tiró,

largo con un gran sonío,

to la casa perfumó.

lo escuchó y golió mi marío

y tanta rabia sintió

que le faltó ná pá darle un zumbío

y a la calle lo espachó

y entavía no ha permitío

que pise ni escalon.

Don Jezú yo se lo pío,

jágame osté ese favó

dígaselo a mi marío

osté es Dortó tiene Don,

y prestigio reconocío,

y él le tiene estimación.



Y aunque está mú empecinao er tío,

atenderá a su razón

que la mía no la ha atendío

porque es mú cabezón,

mú cerrao de sentío.

Gracias don Jezú y adió.



Don Jesús, que es güena gente,

mú flamenco y mú cabá

y la mar de competente,

quiso el asunto arreglá.



Al ofendío sugirió

escucha Juan: no es para tanto:

sería que se le escapó,

ya sabes tú que hay momentos

que para eso no hay control.


Que váaa... Don Jezú, que no,

que mi cuñao es mú sinvergüenza,

no tié respeto, que no,

Se preparó dijo: - ahí va llesca

y hasta la pata la arzó.

Y a mi casa más no entra.

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