CUANDO ME COMA LAS SOPAS

A mi amigo y paisano,
Antonio Sánchez Morales,
uno de los mejores talaores del mundo y más payá.

Ya estaba Pedro ennoviáo
con la que le jacía tilín
los besos no habían llegáo
pero, le habían dicho el sí
que por aquellos tiempos era mu valoráo.
Si alguien te admitía el quí
eso era mu sagráo
los dos juntos hasta el morir
tal vez fuera demasiáo
desde el principio hasta el fín
pero era un trato cerráo
to er mundo lo creía así.
Si te tocó, te ha tocáo
aunque fuera un sin viví
pero los tiempos han cambiáo
y yo al cambio digo: si
porque el jarrito pintáo
se puede mu bien partir
si los dos no han congeniáo
y tienen que compartir
bajo un techo arrejuntáo
y con distinto sentir
y a veces hasta de estar enamoráos
tenían los dos que fingir.

Lo de antes, exageráo
y lo de ahora. también
to aguantáo en el pasáo
y ahora por un ten con ten
cada uno por su láo...

En esta historia que te cuento
la cosa no ha sío así
cuarenta años compartiendo
las alegrías y el sufrir
los dos a la par queriendo
y consiguiendo hasta el fin
el no vivir en un infierno.

Y ya te paso a contar
como la cosa empezó
por donde debí empezá
que a veces me pongo yo
y no se como parar.

Como te decía:

Ya se habían comprometío
y el la quiso trasteá
pero ella pegó un respingo
diciendo: de eso ni hablá
ni un beso tendrás tu mío
yo quiero, formaliá
si quieres verte más conmigo
tiés con mi padre que hablá,
a él, pedirle permiso
y después, po Dios dirá
pero antes ni un rozecito,
ni un pelo me has de tocá.

Perico que estaba en veta
y la sangre le jervía,
se armó de valor y chaqueta
y se fue a casa Juan Fría,
por na der mundo Enriqueta,
el por otra cambiaría.

¿Se pué pasá?... güenas noches, Dios te guarde y siéntate, Juan, la Enriquetita y yo nos queremos, yo traigo mu güenas intenciones y vengo a pedirle a usted nos de su consentimiento.

Con el plato por delante
Juan Frías le contestó:
“Cuando me coma las sopas
te diré qué pienso yo”..