ALFONSO MUÑÓZ

Alfonso Muñóz Mancera, Amigo Hermano en el flamenco, los versos  los sentires y Campanilleros del Año

¡Perita, chachi, fetén
por ser tan cabal, tan bueno!
en vida me cantaste y te canté
como sábíamos en verso.

Por soleá a donde estés
un sitio de privilegio
que te lo ganastes bien
estarás en nuestro recuerdo.

                        Como siempre hacíamos un fuerte abrazo flamenco

                   
Ah! gracias y enhoragüena a Juan Moreno que a pesar de la emoción sonaron a música celestial su despedía por Malagueñas.

2 comentarios:

  1. 1 Teresa Muñoz miércoles 27 de abril de 2011 01:02:42
    m.teruca.b@hotmail.com
    A pesar de la universalidad de internet, poco y pequeño se me queda este sitio para tanto que decir sobre él. ¿Cómo explicar al mundo que el dolor desde el que hablo me priva de la objetividad que debe llevar una noticia?.
    Ha muerto Alfonso Muñoz Mancera. Para todos los que no lo han conocido, sólo es un nombre. Para todos los que han tenido el privilegio de tocar con los dedos su humanidad, es la bondad en tres palabras, y para todos los que le han querido, es el nombre de un ser que nos ha inculcado la confianza en el género humano. Hoy, su nombre es una daga de dolor que atraviesa nuestros corazones, porque pronunciarlo es tomar conciencia de su ausencia, y nada duele más que la ausencia de Alfonso. No pidáis objetividad a quien escribe estas palabras, porque la sangre que corre por mis venas es la sangre del más grande de los hombres que he conocido y conoceré jamás, es la sangre de Alfonso. Es un río de sangre que tiene siete afluentes, que a su vez, han dado lugar a diecisiete arroyos, toda una red de vida que convierte en valles frondosos los paisajes que baña, porque pasan regando con inteligencia, con bondad, con una gran capacidad de amar, con todos los valores que la humanidad hecha carne regaló generosamente a sus descendientes.
    Quiero dar las gracias a todos los que han estado en su despedida, porque vuestra multitudinaria presencia nos ha fortalecido en nuestro dolor, vuestros ojos llenos de lágrimas y vuestras palabras de alabanza, nos han hecho sentir tan orgullosos de venir de él, que han suavizado el golpe de su pérdida. Hemos sentido que recogíamos el fruto de una cosecha sembrada y cuidada por él día tras día, año tras año, una cosecha que ha durado toda una vida, y nos sentimos absolutamente orgullosos de ello.
    Su entrega a los demás, su dedicación al bien ajeno, su implicación en las dificultades de otros, su educación en el trato sin distinción de niveles, su humildad y su generosidad ante los reconocimientos de sus actos, y sobre todo, su amor inmenso a todos, inundaban el aire del lugar en el que nos despedimos de él, bañados con los acordes de una guitarra cuyo sonido le daba la vida. La poesía que envolvía su existencia seguía escribiendo versos hermosos en el firmamento, y ya nunca podremos separar la poesía de su nombre. Amaba y valoraba a los poetas, sin llegar a creer, por humilde, que él ha sido uno de ellos. Y uno de los mejores, ya que ha sabido unir la poesía con la vida, tarea tan difícil, incluso para los más grandes. En los versos de uno de los grandes encuentro una hermosa definición para él:
    "si hay hombres que tuvieron un alma sin fronteras, tú eres uno de aquellos".
    A todos los que no le han conocido, mi lamento por lo que se perdieron, y a todos los que le han conocido, mi felicitación por lo que disfrutaron.
    A todos los que han llorado su pérdida, lejos o cerca de nosotros, mi agradecimiento y el de toda su familia, porque seguro que en algún momento de su vida le hicieron sentirse bien, y también mi ánimo. El vacío de la ausencia sólo puede ser llenado con los cajones de la memoria. Busquen todos en esos cajones, revuélvanlos y encuentren los instantes compartidos con él, y manténganlos presentes, vivos. Así él seguirá viviendo siempre en cada uno de vosotros.
    Nosotros, los suyos, tenemos inmensa suerte de tener los cajones llenos de momentos. Por eso, para nosotros, es fácil sentir que sigue aquí, con nosotros.
    Era un elegido, un hombre grande, inmenso, era un ser excepcional, único e irrepetible, era el Hombre con mayúsculas, era....es...y será...mi padre.
    Teresa.

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  2. 1 Teresa Muñoz miércoles 27 de abril de 2011 01:02:42
    m.teruca.b@hotmail.com
    A pesar de la universalidad de internet, poco y pequeño se me queda este sitio para tanto que decir sobre él. ¿Cómo explicar al mundo que el dolor desde el que hablo me priva de la objetividad que debe llevar una noticia?.
    Ha muerto Alfonso Muñoz Mancera. Para todos los que no lo han conocido, sólo es un nombre. Para todos los que han tenido el privilegio de tocar con los dedos su humanidad, es la bondad en tres palabras, y para todos los que le han querido, es el nombre de un ser que nos ha inculcado la confianza en el género humano. Hoy, su nombre es una daga de dolor que atraviesa nuestros corazones, porque pronunciarlo es tomar conciencia de su ausencia, y nada duele más que la ausencia de Alfonso. No pidáis objetividad a quien escribe estas palabras, porque la sangre que corre por mis venas es la sangre del más grande de los hombres que he conocido y conoceré jamás, es la sangre de Alfonso. Es un río de sangre que tiene siete afluentes, que a su vez, han dado lugar a diecisiete arroyos, toda una red de vida que convierte en valles frondosos los paisajes que baña, porque pasan regando con inteligencia, con bondad, con una gran capacidad de amar, con todos los valores que la humanidad hecha carne regaló generosamente a sus descendientes.
    Quiero dar las gracias a todos los que han estado en su despedida, porque vuestra multitudinaria presencia nos ha fortalecido en nuestro dolor, vuestros ojos llenos de lágrimas y vuestras palabras de alabanza, nos han hecho sentir tan orgullosos de venir de él, que han suavizado el golpe de su pérdida. Hemos sentido que recogíamos el fruto de una cosecha sembrada y cuidada por él día tras día, año tras año, una cosecha que ha durado toda una vida, y nos sentimos absolutamente orgullosos de ello.
    Su entrega a los demás, su dedicación al bien ajeno, su implicación en las dificultades de otros, su educación en el trato sin distinción de niveles, su humildad y su generosidad ante los reconocimientos de sus actos, y sobre todo, su amor inmenso a todos, inundaban el aire del lugar en el que nos despedimos de él, bañados con los acordes de una guitarra cuyo sonido le daba la vida. La poesía que envolvía su existencia seguía escribiendo versos hermosos en el firmamento, y ya nunca podremos separar la poesía de su nombre. Amaba y valoraba a los poetas, sin llegar a creer, por humilde, que él ha sido uno de ellos. Y uno de los mejores, ya que ha sabido unir la poesía con la vida, tarea tan difícil, incluso para los más grandes. En los versos de uno de los grandes encuentro una hermosa definición para él:
    "si hay hombres que tuvieron un alma sin fronteras, tú eres uno de aquellos".
    A todos los que no le han conocido, mi lamento por lo que se perdieron, y a todos los que le han conocido, mi felicitación por lo que disfrutaron.
    A todos los que han llorado su pérdida, lejos o cerca de nosotros, mi agradecimiento y el de toda su familia, porque seguro que en algún momento de su vida le hicieron sentirse bien, y también mi ánimo. El vacío de la ausencia sólo puede ser llenado con los cajones de la memoria. Busquen todos en esos cajones, revuélvanlos y encuentren los instantes compartidos con él, y manténganlos presentes, vivos. Así él seguirá viviendo siempre en cada uno de vosotros.
    Nosotros, los suyos, tenemos inmensa suerte de tener los cajones llenos de momentos. Por eso, para nosotros, es fácil sentir que sigue aquí, con nosotros.
    Era un elegido, un hombre grande, inmenso, era un ser excepcional, único e irrepetible, era el Hombre con mayúsculas, era....es...y será...mi padre.
    Teresa.

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